dimecres, 25 de maig del 2011

De a poquitos

Soy maestra y el año pasado tuve un grupo (de 8 años) en donde el "poder" estaba en manos de l@s niñ@s, donde el adulto no era una figura referente. El liderazgo que había era un liderazgo negativo dirigido por una niña con serias dificultades de empatía y respeto por l@s otr@s. Yvana, es una niña super inteligente que durante toda su vida ha tenido en sus manos el poder de decidir TODO, su familia podía dejar en sus manos el que ella fuera quien dictaminara si la "nana" que la cuidaba era o no despedida, el colegio al cual quería ir, etc... Ese "poder" de decisión del que ella se había apoderado con el beneplácito de los adultos, no solo jugaba en contra de aquellos que compartían con ella escuela sino que jugaba a la vez en su contra.

Me costó "sudor y lágrimas" (y no es una frase hecha) apodrarme de nuevo del papel que como maestra me tocaba asumir. Supuso buscar en mi mochila de fortalezas y ofrecerles a diario una adulta interesante, preocupada, serena, capaz de resolver, divertida, comprometida con ell@s, etc... Implicó sentarme durante 6 meses todos los recreo a jugar con ell@s, resolver todos los conflictos por pequeños que fueran, dejar de lado el currículum para trabajar emociones, fortalecer a l@s otr@s niñ@s, valorar cada acción positiva de ella y a la vez hacerle ver lo que había detrás de sus acciones no adecuadas, trabajar coordinada con la familia, pactar una terapia...

Hoy su comportamiento es otro, tiene clarísima la teoría y en las interaccions diarias intenta, en la medida que puede ir poniéndola en práctica, pero sabemos que es un trabajo de a poquitos, que borrar lo que durante años nos ha servido no es tarea facil.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada